Antes de iniciar por saber la importancia de la donación, es necesario entender que la médula ósea es el tejido que está en el interior de los huesos planos, ésta tiene en su interior lo que llamamos las células madre hematopoyéticas, que son las que acaban dando lugar a los tres tipos de células maduras que vemos en la sangre: los leucocitos (o glóbulos blancos), los eritrocitos ( mejor conocidos como glóbulos rojos) y finalmente las plaquetas o trombocitos.
Los leucocitos nos defienden contra las infecciones; si la cifra es baja, nos infectamos de distintos virus y bacterias con una frecuencia mayor. Por otro lado tener las cifras bajas de glóbulos rojos dan lugar a anemia; las personas anémicas regularmente están más cansadas y tienen una baja tolerancia al esfuerzo. Finalmente las plaquetas evitan que sangremos, las personas que tienen las plaquetas bajas pueden sangrar con mayor facilidad, ya sea con pequeños golpes o, simplemente sangrar sin ninguna situación que lo cause.
Las enfermedades ligadas a la médula ósea, que son enfermedades hematológicas pueden ser malignas y benignas. Algunas requerirán de un trasplante de células progenitoras hematopoyéticas de progenitores hematopoyéticos ( coloquialmente llamadas células madre), para poder reemplazar la médula ósea del cuerpo que se encuentra dañada o destruida; sin embargo generalmente tiene una situación particular que no permite que cualquier persona pueda donarla, ya que se necesita tener un nivel alto de compatibilidad entre el paciente y el donante, es decir, necesitamos que sean lo más similar posible para que el cuerpo no lo rechace. Muchas ocasiones los donantes del paciente serán padres, hermanos o algún familiar cercano, pero en otras se necesitará buscar un donante externo por la falta de compatibilidad (si habrá veces en las que los familiares no sean posibles donadores) y es aquí donde puede haber una travesía demasiado larga en la búsqueda del donador perfecto.
Justamente en este caso entran las personas que desean ser donantes, pues la médula ósea es una de los órganos que pueden ser dados en vida por un donador, pero deberán pasar por una serie de filtros que permitan corroborar que este último esté lo suficientemente sano para donar, tras este proceso se procederá a la extracción de la médula ósea, la cual se lleva a cabo en un quirófano, con anestesia (local o general) y consiste en múltiples pinchazos en las crestas ilíacas anteriores y posteriores. También pueden recogerse los progenitores de la sangre periférica, para ello debe estimularse la médula ósea para que libere estos progenitores. Los hematólogos llevan a cabo este proceso utilizando una medicación que se llama factor estimulante de colonias granulocíticas que permite que la médula ósea libere las células a la sangre. En ocasiones, también se pueden utilizar las células obtenidas de la sangre de cordón umbilical previamente resguardado.
Ahora que conoces un poco más sobre este tipo de donación, puedes considerarlo para ayudar a alguien más, recuerda que es necesario mantenerte saludable, acercarte a tu médico de cabecera en caso de querer ser donante y registrarte ante el Centro Nacional de Trasplantes para que puedan proporcionarte tu folio de donación y tu tarjeta.